Actuar de manera ética es un ideal para cualquier profesión, sin embargo, para el trabajo social es fundamental, porque es una carrera humana que debe propender por la garantía de los derechos humanos, por la dignidad humana y por la justicia social. Una intervención comunitaria ética fortalece a las organizaciones sociales y su posicionamiento, permite la efectividad, posibilita al trabajador social ejercer un rol de liderazgo porque cuenta con una autoridad moral. Para el ejercicio comunitario desde una perspectiva ética, es importante tener presente:
1. El posicionamiento y reconocimiento de una organización social solo se obtiene, cuando la comunidad ha observado la competencia, fiabilidad y el respeto por los compromisos sociales, esto redunda en la credibilidad y en la motivación de la población para participar en estrategias que promuevan el cambio social. Además, la confianza de la comunidad facilita la incorporación de nuevos miembros, la recaudación de fondos y el apoyo público. el reclutamiento de personal, voluntarios, miembros de la junta directiva, participantes, así como la recaudación de fondos y apoyo público.
2. La efectividad de una intervención, plan de trabajo, proyecto o programa, se logra cuando se consideran los principios éticos en cada una de las actuaciones profesionales en la comunidad, encontrando los métodos adecuados para la obtención de metas institucionales, profesionales y de la población. Los beneficios que se obtienen con la efectividad son la participación, la ayuda comunitaria y las posibilidades de financiamiento.
3. La credibilidad moral y liderazgo se logra cuando las acciones del trabajador social se producen en el marco del desarrollo comunitario y el bienestar individual de los sujetos de intervención; logrando cambios estructurales, promoviendo la justicia social, el alivio de un sufrimiento, la promoción de la dignidad humana o la provisión de servicios.
La acción ética se refleja en primer lugar en el por qué se comenzó una intervención comunitaria. Se tiene una obligación moral consigo mismo en todo lo que se hace, con los individuos con quienes se trabaja y con la comunidad y se debe esperar lo mismo de los demás. Si se cumple con esta obligación y todos lo saben, la voz profesional tendrá un impacto mayor cuando se defienden las creencias sobre lo correcto o cuando se actúa contra lo erróneo.
4. En la practica profesional, el trabajador social se enfrenta a diversos asuntos legales y profesionales, ya que los profesionales involucrados en intervenciones comunitarias están sujetos a códigos específicos de ética establecidos por sus certificaciones profesionales u organizaciones reguladoras. Si los trabajadores sociales trasgreden esta normatividad pueden ser disciplinados, o perder sus licencias para ejercer la profesión.
Los códigos profesionales de ética generalmente tienen la cobertura de los métodos más aceptados de desarrollo profesional hasta las prácticas de cobro. Se espera que los trabajadores sociales estén familiarizadas con su código profesional y que se adhieran a él bajo toda circunstancia.
5. La normatividad requiere unos estándares de actuación que configuran al trabajo social como una profesión que respeta la diversidad cultural, no posee prejuicios sociales y es imparcial ante los casos que se presenten. Esto se debe a que el comportamiento profesional es una articulación entre el aspecto legal y el aspecto ético
De esta manera, el profesional de trabajo social que realice intervenciones comunitarias esta sujeto a un código de ética que delimitara su ejercicio profesional para garantizar el pleno desarrollo de procesos de organización, promoción o participación de las comunidades.
Las intervenciones profesionales en el área comunitaria se pueden desarrollar desde diferentes metodologías, es importante, para esto, que el trabajador social tenga en cuenta:
1. Realizar un diagnóstico previo en el cual se reconozcan las necesidades, oportunidades, intereses u oportunidades en los cuales se basara la intervención, además de los recursos con los que se cuenta para hacer un uso adecuado de los mismos.
2. Respetar el tiempo y los espacios en los que se pueda reunir la comunidad, es decir el trabajador social debe ajustar su ejercicio profesional a la dinámica del contexto en el cual trabaje.
3. Cerrar las intervenciones que se realicen, compartiendo con la comunidad los resultados o avances que se obtuvieron y logrando un proceso de reflexión sobre la intervención.
4. No ser autoritario, es importante reconocer el conocimiento de los lideres comunitarios y de otros miembros de la comunidad frente a las cuestiones sociales y llegar a consensos que permitan la obtención de beneficios bilaterales.
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